Ya lo decía José Ignacio Benito en su sensacional previa, era 'ahora o nunca' para los 'Quins' y los londinenses no fallaron y se han coronado 'reyes' del rugby inglés, valga el juego de palabras. Y es que el mejor equipo de la temporada regular, con 17 victorias en 22 partidos, ha demostrado tal condición y se ha impuesto en la gran final de la Aviva Premiership por 30-23 a los Leicester Tigers, conquistando su primer título en Inglaterra.
Por su parte, los Tigers, que no se dieron por vencidos hasta el pitido final y que acabaron el encuentro casi sobre la línea de marca de los Harlequins, no pudieron conseguir la victoria en su octava final consecutiva y sufren así su segunda derrota seguida en el último partido, quinta de esas ocho finales que ha encadenado el equipo con más títulos, nueve, de un campeonato inglés que no arrancó hasta 1987.
Los casi 82.000 espectadores que se dieron cita en Twickenham vieron un intenso y emocionante encuentro que parecía sentenciado a falta de un cuarto de hora para los Quins, cuando Nick Evans pasaba su sexto golpe de castigo y situaba el marcador en 30-13.
Sin embargo, Leicester demostró por qué había llegado hasta la final con un bagaje de nueve triunfos seguidos, incluido el 24-15 en semifinales ante el todavía vigente campeón, unos Saracens que han conocido este sábado 26 de mayo a su sucesor. Así, los Tigers lograron recortar diferencias con un gran ensayo del centro Anthony Allen bajo palos, la conversión y un posterior golpe de castigo de su jovencísimo apertura George Ford, que lograban dejar a su equipo a un ensayo transformado para forzar la prórroga. Sin embargo, la defensa de los Quins se mostró muy segura en los últimos minutos y logró defender su zona de marca con mucha serenidad e intensidad, celebrando por todo lo alto un título que para algunos de sus veteranos jugadores puede ser el colofón perfecto a su dilatada carrera deportiva.
La diferencia final en el marcador estuvo en el mejor aprovechamiento de sus oportunidades por parte de Harlequins y en el acierto pateador de su apertura neocelandés, un Nick Evans que aportó a su equipo una conversión y seis golpes de castigo en una serie de siete lanzamientos pasados entre palos de nueve intentos. Los ensayos de los Quins los consiguieron el ala Tom Williams a los nueve minutos, mientras el capitán inglés Chris Robshaw logró el segundo justo antes de la hora de partido con el que encarrilaba el título para los suyos.
Antes del arregón final, Leicester había conseguido levantar el 8-0 en contra inicial, con dos golpes de castigo de un Ford que volvió a dejar a Toby Flood en el banquillo, un ensayo del poderoso Steve Mafi y la conversión del joven apertura inglés de 19 años. Incluso a punto estuvieron de irse con esa ventaja de 11-13 al descanso, sin embargo la exclusión de Thomas Waldrom fue perfectamente aprovechada por los Quins para anotar un golpe de castigo antes de acabar el primer tiempo y dos en el inicio del segundo.
Harlequins jugó con Brown - Williams, Lowe, Turner-Hall, Monye - (ap.) Evans (Clegg 76), (m.m.) Care - Robshaw, Easter, Fa'asavalu (Guest 72) - Robson, Kohn - Johnston, Gray y Marler. Por su parte, Leicester lo hizo con Murphy - Agulla (Mulipola 73), M. Tuilagi, Allen, A. Tuilagi - (ap.) Ford (Twelvetrees 73), (m.m.) B. Youngs - Salvi, Waldrom, Mafi - Parling, Skivington (Kitchener 73) - Cole (Castrogiovanni 56), Chuter (T. Young 61) y Ayerza (Hamilton).
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